A MOHAMED

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Naciste en el Sáhara Occidental, en Mahbes en el año 1945, naciste en el desierto al que te dedicaste en cuerpo y alma, pero por aquel entonces tu tierra, tu arena ya no era libre, ya dejaba su huella el colonialismo español, ese que incluso os hizo formar parte de su ciudadanía para salvaguardar no se que intereses. Viviste treinta años así, hasta que España se cansó, os abandonó y os invadió Marruecos. Tuviste que coger tus cosas y salir corriendo, correr entre bombas de napal y fósforo blanco para llegar a la hamada Argelina, erial que te acogió y donde conseguiste sobreponerte. Tu vida siguió siendo el desierto, allí tuviste diez hijos, diez fantásticos hijos a los que enseñaste toda tu sabiduría por que, a tu forma, eras un sabio. Tu esposa, tus hijos, tu ganado, todo iba bien hasta que tuviste que trasladarte a los Campamentos de Tinduf. Esto empezó a minar tu resistencia, dejabas de ser nómada para asentarte en un lugar fijo, tu vida sufría otro traspiés pero lo volviste a superar. El bienestar de los tuyos era más fuerte que el propio desierto y tu vida nómada. Aquí tuve la fortuna de conocerte, una niña preciosa y muy viva apareció en mi casa en el programa “ Vacaciones en Paz “, y fui a visitarte, primero a tu casa de Smara y luego al 27 de Febrero, allí estabas tú, con tu porte Beduino que, en un principio, me impresiono y que acabo dándome una gran confianza, me hiciste sentir como un hijo más, siempre preocupándote por mi. Pero te has ido, no se que puñetera enfermedad te ha llevado de nuestro lado dejándonos muy huérfanos. Se que estarás con Alá y que desde allí nos estarás viendo y velando por nosotros. Hasta siempre Mohamed.

Fernando