Después de un año de preparativos, reuniones, ensayos, y otras actividades… llegaba el sábado 22 de marzo, un día que nos dio la espalda climatológicamente, pero no importaba, porque precisamente aquel día íbamos a embarcar en un avión fletado por “Cantabria por el Sáhara”, que nos llevaría hasta los campamentos de refugiados saharauis situados en Tinduf (Argelia).
Algunos de nosotros, quedamos en los locales, para cargar la furgoneta de ayuda humanitaria recogida durante los meses anteriores al viaje. Cuando llegamos al aeropuerto de Parayas, vimos la larga cola formada por los demás compañeros de viaje, y terminamos de cerrar las últimas bolsas. Todo fue sobre ruedas. Facturamos el equipaje y la ayuda, pasamos el control de seguridad y subimos al avión.
Pese al intenso chaparrón que caía en esos momentos, despegamos sin contratiempos, y no tardaron en darnos de cenar el famoso pollo que, como ya nos habían avisado, estaba muy malo. Nuestro aterrizaje en Oran para realizar el repostaje resultó un tanto violento a causa del viento. “Ya estábamos en África”, pero aún nos quedaban dos horas para llegar.
Cuando finalmente aterrizamos en Tinduf, y descendimos del avión, permanecimos casi una hora a la intemperie, tratando de rellenar unos impresos redactados en árabe y en francés, alumbrados por la débil luz de unas trasnochadas farolas. Después, accedimos a las humildes dependencias del aeropuerto y fuimos recibidos, de una forma nada acogedora, por la policía argelina, que, tras revisar nuestros documentos, estampó sobre nuestros pasaportes los correspondientes cuños.
A continuación, pasamos a una caótica sala de reducidas dimensiones, en donde tuvimos que descargar y clasificar todo el equipaje, antes de transportarlo hasta los vehículos que nos esperaban a la salida; el nuestro un destartalado autobús de los años 70, los demás, camiones descapotables.
Cuando todo el equipaje estuvo dispuesto, y los viajeros asentados en el transporte correspondiente, reiniciamos nuestro viaje, esta vez por carretera, hasta los campamentos; habían pasado más de 2 horas desde el aterrizaje.
Llegamos al 27 de febrero y dejamos diferentes grupos de personas con sus equipajes, identificados con trapos, antes de llegar a nuestro destino, la casa de Mohamed. Llegamos sobre las 5,00h de la mañana y, después de recibir la bienvenida, y tras descargar el equipaje, nos echamos a dormir.
3 comentarios:
Venga chicos, hay que darle un poco de vidilla al blog eh?? Animaos a escribir, que no cuesta tanto.
Pues nada, un buen rato he pasado leyendo el post y recordando los buenos momentos que pasamos allí... cada vez falta menos para volver!!
Ojalá algún día vuelvan a su casa...
SÁHARA LIBRE!!
Pau
Me gustaria hacer una sugerencia, el usar deteminados colores, en los comentarios, implica una dificultad en la lectura. Sugiero utilizar, siempre, el color negro. Un abrazo solidario.
tienes toda la razon, la cosa fue que en un principio habia otros colores de fondo entonces quedaba muy chulo pero ahora al cambiar el fondo pues se fue al garete lo que estaba escrito y no nos hemos dado cuenta de cambiar el color a esta entrada lo haremos en breves que ahora stamos de examenes
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