viernes, 19 de septiembre de 2008

MARTES 25







Aquella mañana nos levantamos un poco nerviosos, porque íbamos a debutar como actores en el Sáhara. Por culpa de unos cuantos dormilones, salimos hacia El Aaiún con bastante retraso.Estaba previsto que actuáramos en 3 sitios diferentes, pero al final no pudo ser y sólo lo hicimos una vez, en la escuela “Cantabria”, en la wilaya de El Aaiún.

Tras visitar el centro y entregar el material escolar que les habíamos llevado, nos preparamos para realizar la actuación. Cuando salimos al patio los niños que nos esperaban sentados sobre la arena, a pleno sol, siguieron con mucho interés nuestras intervenciones, y las de otro compañero de viaje que hizo un poco de globoflexia, ¡hay que ver el aguante que tuvieron! El entusiasmo de todos los niños se desató con la intervención de un actor, componente del grupo de teatro “La Machina”, que supo cautivarles con la escenificación de una pequeña historieta en la que, de alguna manera, todos pudieron participar.

Terminada la función, fuimos a degustar un lunch que nos habían preparado, mientras la comisión de educación se reunía con los profesores. Luego, algunos fueron a por la comida que luego no comeríamos porque nos invitó el gobernador de la wilaya a un exquisito cúscus. Camino de Protocolo, Ahmed, jefe del mismo, nos llevó a visitar el huerto de El Aaiún.

Después de la estupenda comida, y de que el Gobernador de la wilaya nos agradeciera nuestra visita, nos dirigimos a la wilaya de Smara. Paramos a “repostar” en Rabuni, donde estuvimos un buen rato en el patio de Protocolo, y continuamos nuestro camino hacia Smara en los Toyota para visitar la Escuela de Discapacitados de Castro, el único saharaui con riesgo de infarto, que poco después nos llevaría a su casa a comer unos riquísimos pinchitos morunos de camello. Tras disfrutar de su compañía regresamos, a dormir, al 27 de Febrero.



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